Adaptarnos, reenfocarnos y alinear nuestros objetivos

La COVID-19 llegó en el año 2020 para sacudir nuestros cimientos; tanto los personales como los profesionales. No es sorpresa que esto nos llevara a realizar cambios y ajustes importantes a nuestras estructuras de trabajo e interacciones profesionales e incluso nos estimulara a analizarnos y hacer ejercicios de retrospección.

En Mar Azul implementamos el teletrabajo y la gestión de proyectos de manera virtual y de forma totalmente digitalizada. Al basar nuestra gestión en procesos apoyados en plataformas tecnológicas, este brinco no fue mayor reto y nos sentimos confiados de que podíamos seguir brindando a nuestros clientes un servicio de excelencia, superando con éxito esta gran limitante. Incluso, durante este periodo, llevamos a cabo varios procesos de licitación para clientes de forma totalmente remota y llegando a resultados muy prometedores, manteniendo la transparencia del proceso y de la información.

Paralelamente, realizamos un análisis de retrospección de la empresa, reevaluando nuestro propósito, valores y objetivos a corto, mediano y largo plazo. En momentos de incertidumbre es común ser reactivos y seguir operando sin realmente tener visión del objetivo y el norte que se quiere lograr. Esto es particularmente cierto en la situación mundial actual. En nuestro caso específico hemos podido estructurar un nuevo plan estratégico con el involucramiento y la participación de todos los colaboradores de la empresa. De esta forma, todo el esfuerzo colectivo de la empresa está siendo enfocado y orientado hacia un mismo objetivo común.

Este proceso no ha sido fácil, pero gracias al esfuerzo de todos y cada uno de los colaboradores de Mar Azul hemos visto ya resultados a corto plazo. Nos sentimos optimistas de un 2021 próspero tanto para Mar Azul como para cada uno de nuestros colaboradores y estamos ansiosos por superar estos nuevos retos.