Construcción residencial en el sector bajo y medio

¿Qué sucede cuando aumenta la demanda en un sector? La oferta en esta misma área tiende a aumentar. Tomemos como ejemplo el sector inmobiliario. Si la gente demanda viviendas, las constructoras, las empresas de bienes raíces y los inversionistas entran en acción.

Pero ¿qué pasa cuando la demanda no sigue en aumento y la oferta si? Pasa lo que llamamos una sobreoferta. Siguiendo el ejemplo anterior, los costos de las viviendas suelen disminuir ya que no hay tanta población interesada en adquirir inmuebles lo que causa que tanto la industria como la economía inmediatamente se desaceleren.

Esto es exactamente lo que está sucediendo en Panamá. El boom inmobiliario en Panamá es un fenómeno que viene ocurriendo desde inicios de la década pasada y que llegó a su punto máximo aproximadamente en 2016. Gracias a la masiva participación de inversionistas venezolanos, colombianos y estadounidenses, el auge que tomó el sector de bienes raíces se puede apreciar en las múltiples construcciones de lujo dispersas a lo largo y ancho del país canalero.

Pero ya no existe un volumen tan grande de gente dispuesta a adquirir viviendas en zonas de clase alta por lo que el mercado residencial ha perdido brillo en este sector. Todo esto ha ocasionado que la atención de los inversionistas y los permisos de construcción otorgados por el Estado también disminuyan sustancialmente. La inversión en permisos de construcción va en picada. Tanto así, que en el último año se calculó la cifra que representa la peor inversión registrada por la Cámara Panameña de la Construcción (CAPAC) en los últimos seis años.

Este panorama sombrío y decadente aparece como resultado ante la sobre explotación de las zonas de clase alta en el sector inmobiliario ocasionando una sobreoferta en el mercado. Pero entonces, ¿cuál es la respuesta ante esta problemática? Los representantes de los gremios de economía y construcción aseveran estar trabajando en ideas que sirvan para poner la balanza nuevamente a su favor.

La más grande apuesta para revitalizar este golpeado sector trata sobre un modelo de asociación pública-privada. Esta propuesta, además de impulsar la puesta en práctica de proyectos de interés público, aumentaría la ejecución general de proyectos acelerando nuevamente la economía y la construcción gracias al capital aportado por el sector privado.

Con más de 600 propuestas para proyectos de construcción residencial en la capital, una de las tendencias que ofrecería buenas oportunidades de crecimiento es la construcción de viviendas en el sector medio y bajo; movimiento que se vería respaldado por múltiples entidades bancarias que podrán aprobar financiamientos para proyectos desarrollados en dichos segmentos.