Una de las figuras más comúnmente manejadas para las contrataciones en proyectos de construcción es la modalidad de «costo fijo» con un contratista general (o GC por sus siglas en inglés). Con esta figura el cliente y el contratista pactan un precio global inicial que no podría tener variaciones, a no ser por órdenes de cambio solicitadas por el cliente. Si bien este tipo de contrato puede reducir los riesgos para el cliente, hay ciertas ventajas y desventajas que deben considerarse.
Al contar con un costo fijo se reduce el riesgo para el cliente y el contratista asume cualquier riesgo si los costos aumentan, de igual forma que asume todos los beneficios al reducir los costos. Sin embargo, este beneficio para el cliente está ligado a que el alcance y las especificaciones bajo las cuales se ha pactado el precio fijo estén totalmente definidos, y es aquí en donde está el riesgo de órdenes de cambio para este tipo de contratos. Cualquier actividad que no haya estado considerada o alguna especificación que haya sido omitida dentro del pacto original, da cabida para una orden de cambio por parte del contratista y, por ende, a un ajuste en el precio.
Además, el contratista siempre estaría motivado a reducir costos para lograr aumentar su utilidad, por lo cual resulta crucial una inspección técnica independiente que valide la calidad de los trabajos ejecutados.
Existen distintas variaciones de la modalidad de contrato de costo fijo estándar que buscan atenuar estas situaciones, como lo son el Contrato de Costo Fijo más Honorarios por Incentivo o el Contrato de Costo Fijo más Honorarios por Desempeño. En todos estos casos, el contratista usualmente es quien se encargaría de administrar todos los subcontratos de obra: ventanas, puertas, elevadores, etc., cobrando una administración y utilidad que típicamente oscila entre el 8% y el 15%, dependiendo del tamaño y la complejidad de la obra.
En Mar Azul ofrecemos el apoyo a nuestros clientes bajo la figura de Administración de la Construcción o Construction Management (CM). Bajo esta figura, el proyecto no contaría con un contratista general o GC, sino que se manejarían distintos subcontratos, los cuales serían administrados por un CM.
Bajo la figura de CM, se administra y supervisa el trabajo de todos los contratistas y proveedores del cliente, apoyando también en las negociaciones de precio de todas las contrataciones. Esta figura garantiza que todos los ahorros generados por la gestión serán del cliente y, además, logra un ahorro importante en los costos indirectos descritos arriba, reduciendo los mismos a un aproximado de 4% – 5%, dependiendo igualmente del tamaño y la complejidad de la obra.
Además, esta figura terceriza la inspección del proyecto para mejor control de la calidad durante la ejecución. Algunos beneficios de la figura de CM incluyen:
- El cliente mantiene todos los ahorros con contratistas y proveedores producto de la ingeniería de valor, optimización y negociación de precios;
- Control del costo real de las órdenes de cambios del proyecto, sin pagar márgenes adicionales de administración y utilidad;
- Control de la calidad de la mano de obra y materiales de los contratistas especializados y proveedores;
- Control de las retenciones y las deducciones a aplicar a los contratistas por trabajos defectuosos; y
- Control de la posventa y garantía, una vez realizada la entrega.
En Mar Azul asesoramos a nuestros clientes sobre cuál es la mejor ruta para su proyecto, dependiendo de cada situación. Contamos con clientes que han optado por la figura de GC en algunos de sus proyectos y CM en otros, según las particularidades de cada caso.
En Mar Azul estamos felices de apoyar a nuestros clientes en estos análisis. Contáctanos para asesorarte sobre cuál es la mejor estructura y modalidad contractual para tu proyecto.
Ese esquema de trabajo es muy efectivo